domingo, 2 de julio de 2023

Enmigrantes en Uruguay desde Argentina hasta japoneses

 L PAÍS  DOMINGO

DESDE ARGENTINOS HASTA JAPONESES

Emigrantes y embajadores en YouTube: así muestran cómo es Uruguay al mundo

Eligieron este país y cuentan su vida en redes sociales: desde los precios hasta la garrapiñada.

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Jimena y David de Somos Comiendo

David lo dijo convencido: “De Uruguay solo nos iríamos echados”. Él y su esposa y como todos los demás que dieron testimonio para esta nota encontraron algo en este país que necesitaban: para algunos fue la tranquilidad, para otros la estabilidad política, para otros la libertad. La diferencia entre estos emigrantes de otros es que, por afición o por trabajo, relatan en las redes sociales lo bueno, lo malo, lo curioso y lo gracioso (porque es gracioso ver a una japonesa aprender a decir “Uruguay nomá”) de lo que viven día a día. A través de YouTube le muestran al mundo un país por el que muchas veces le preguntan: “¿Qué es Uruguay?”

Adriana y Edwin.

Adriana y su esposo Edwin, ambos de 27 años, son Unos Chamos en YouTube con casi 8 mil suscriptores. Ese número es todavía más grande en TikTok donde ella ( @unachamaenuruguay ) habla casi exclusivamente de gastronomía a un público que supera los 11.000 seguidores (a los que se suman otros 6.000 en Instagram). Esa convocatoria le resulta increíble teniendo en cuenta que todo inició como un pasatiempo para no volverse “loca” durante la pandemia dado que había sido enviada al seguro de paro. “Me encanta cocinar y mi esposo me dijo que invirtiera tiempo grabando las recetas. Luego empecé a hacer videos con las ofertas en el supermercado y me impresionó cómo se empezó a formar una comunidad”, dice esta caraqueña que llegó a Uruguay con su pareja en octubre de 2016.

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Adriana y Edwin

También fue idea de Edwin empezar a hablar sobre su vida en Uruguay para dar su visión sobre la migración: “Que hay que hacerla de forma segura y responsable”.

Así, entre sus videos más populares figuran: “Se puede vivir con un sueldo mínimo en Uruguay” —con más de 44 mil reproducciones— o “Trabajos en Uruguay. ¿En dónde buscarlos y cuáles son los más solicitados?” o “¿Cuánto dinero necesitás para emigrar a Uruguay”. También hay videos sobre el transporte público, el Día del Patrimonio, los precios de la carne y hasta cómo comprar electrodomésticos en Carlos Gutiérrez.

“Para nadie es un secreto que la migración venezolana es una cosa de locos. Entonces nos dijimos que podíamos ser una ventana para que la gente sepa que Uruguay no es un país fácil porque es bastante costoso pero todo va a salir bien siempre y cuando tú tengas los documentos en regla’”, cuenta Adriana. Hoy trabaja como guarda en una línea interdepartamental y Edwin, en una empresa de cámaras de seguridad.

Ellos han ido aprendiendo sobre la marcha. No sabían mucho de Uruguay cuando tomaron la decisión de emigrar. El hermano de Adriana había venido en enero de 2016 porque la hermana de una amiga ya vivía aquí —la explicación de las relaciones es en sí misma muy uruguaya— y les ofreció alojamiento y los asesoró con la documentación. Y les adelantó un tema del que hablan en varios de sus videos: “El invierno es duro y el verano también”. Al año recibieron al hermano de Edwin.

A través de las redes sociales reciben muchas consultas sobre el costo de vida y aspectos legales en el país, principalmente de argentinos, colombianos, cubanos y venezolanos y venezolanos en Argentina. A todos les contestan que Montevideo es una ciudad tranquila con gente relajada que no se mete en la vida de los demás.

“No hemos visto que el uruguayo sea una persona que ataque al emigrante o sea racista”, apunta. Y agrega: “Un punto a favor de Uruguay es la libertad”. Eso sí, advierten que los impuestos y el precio de los combustibles son altos —ellos desistieron de comprarse un auto, por ejemplo—.

LOS ARGENTINOS

La historia de Úrsula y Diego y de David y Jimena tiene muchas semejanzas. Los cuatro son argentinos —Úrsula es de Córdoba, Diego es de Neuquén y David y Jimena son de Rosario— y decidieron emigrar hacia Maldonado y Montevideo, respectivamente. Si bien la primera pareja es más nómade que la segunda, los cuatro buscaban un lugar más seguro, estable y cerca de sus familias.

Úrsula, de 33, y Diego, de 37, llevan adelante Es parte del viaje (@espartedelviaje en Instagram con casi siete mil seguidores y un blog) en donde relatan sus viajes por el mundo desde 2017. En ese entonces querían mostrarles sus “aventuras” a sus familias; más adelante se transformó en un estilo de vida y en un trabajo. “Hace rato que teníamos ganas de armar una base donde acomodarnos y este año nos instalamos en Uruguay”, cuenta Diego.

Llegaron hace cuatro meses. “El año pasado hubo un caso de covid en el avión en el que volvíamos a Argentina y nos hicieron hacer cuarentena en Montevideo. Recorrimos poquito. Pero conocíamos uruguayos y colombianos que se habían venido a vivir y todos hablaban de la calidad de vida y de la tranquilidad. El tema de la seguridad fue lo que nos impulsó a salir de Argentina”, señala Diego.

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Úrsula y Diego

Desde entonces, Es parte del viaje se llenó de postales uruguayas: Montevideo, Punta del Este, Colonia del Sacramento, paseos en bodegas, atardeceres en Casapueblo, noches en las Sierras de las Ánimas. Y, aunque tienen un viaje planificado para Asia, planean volver a fin de año para pasar el verano.

“Nos enamoró. En ningún lugar del mundo vivimos tantos amaneceres y atardeceres como en Uruguay. Este es un país para disfrutar de instantes que en otras ciudades no se disfrutan”, dice Úrsula, quien se dedica a las redes a tiempo completo. Su esposo, en cambio, las compatibiliza con su trabajo como ingeniero en sistemas para el exterior, cuyo sueldo —aseguran— les permite afrontar mejor los altos costos de vida en Uruguay.

David y Jimena antes eran Comiendo Rosario y al venirse a vivir a Uruguay hace casi un año y medio rebautizaron sus cuentas como Somos Comiendo(119 mil seguidores en Instagram, casi 11 mil en YouTube y 61 mil en TikTok) en la que hablan sobre su gran pasión: la comida —ahora están en plena serie de videos sobre chivitos—. No obstante, han compartido algunos paseos por el interior porque hay algo que quieren dejar en claro: aman este país. Tanto que David afirma: “De Uruguay solo nos iríamos echados; no nos iríamos por nuestra voluntad porque somos muy felices”.

Él es oftalmólogo y hoy ejerce (no lo hacía en Rosario); Jimena se dedica al marketing digital. Llegaron a Montevideo motivados por la hermana de él que le aseguraba que aquí iban a tener mejor calidad de vida y mejores condiciones económicas. “La Argentina es una eterna promesa de que va a mejorar. Por suerte nunca nos faltó el trabajo pero sentíamos que estábamos acorralados; la sensación de inseguridad es permanente”, señala. Averiguaron si David podía revalidar el título, los salarios promedio y los índices de seguridad. Paso seguido vendieron todo y emigraron. “Una vez alguien nos dijo que nos íbamos a dar vuelta Uruguay en una semana. Sin embargo, hay muchas propuestas como comidas del mundo que en Rosario no hay. Sí es cierto que el uruguayo no es de salir mucho porque es más de ahorrar plata. En Argentina no hay noción de ahorro y se gasta la plata porque sabés que al otro día vale menos”, compara.

Desde su país le han llegado dos tipos de mensajes: aquel por el que le dicen que son unas “ratas” por abandonar el barco y aquel que pide consejos para dar el mismo paso. “Nos piden muchos consejos sobre cómo sacar la cédula y homologar los títulos. Hubo gente que nos dijo que emigraron por nosotros. Ojalá que les vaya bien porque... ¡qué presión!”, se ríe.

Frank y Klaudia.

Frank se sorprendió el día que descubrió una carpeta con el título “youtubers cubanos” dentro de lo que se llamaba El Paquete Semanal (un terabyte de información que se distribuía de mano en mano en discos duros). “Dije que eso no podía ser verdad”, se ríe al recordar. En 2016, cuando la hora de conexión a internet costaba US$ 5 y el salario mínimo era de US$ 15, creía que era “imposible” que compatriotas estuvieran creando contenido y subiéndolo a la red. “Entonces pensé que si ellos lo hacían yo podía intentarlo. Agarré mi celular que era un Blu súper viejo con una cámara de 0,9 megapíxeles en la que casi no me veía y arranqué con un colega”, cuenta. Así este profesor de química se convirtió en Frank El Makina , integró “el primer boom de youtubers” en la isla y pasó a dedicarse por completo a las redes sociales en 2020 y lo continúa haciendo desde Maldonado, ciudad a la que emigró con Klaudia, su esposa y también youtuber, un tiempo después.

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Frank y Klaudia

Hoy mantienen cuatro canales: Frank el Makina con más de 72 mil suscriptores, El Makina y Klaudia con más de 33 mil suscriptores, Soy Klaudia con más de 132 mil suscriptores y El Makina Opina —el más nuevo y el más parecido a lo que hacía en Cuba— con más de 2 mil suscriptores, a los que se les suman cuentas en Instagram.

Del contenido creado ya instalados en Uruguay, el video más popular en el canal compartido es “Primer día en Uruguay (asombrados). Trámites y la primera cena uruguaya”, que ya fue reproducido más de 220 mil veces en seis meses. Otros son: “Llenando nuestra casa” o “Nuestras primeras fiestas fuera de Cuba” o “Adaptándonos a Uruguay (primeros 15 días)” en los que se ve a la pareja en su vida cotidiana.

Su público sigue siendo mayoritariamente cubano (desde Estados Unidos y España) pero la cantidad de uruguayos ha crecido hasta alcanzar el 30%. “La gente ha visto que es un lugar tranquilo, de gente amable, me ven comiendo asado... y nos escriben por privado porque quieren venir para acá”, relata a Domingo.

Ninguna de estas menciones fueron porque sí. Lo primero era un tema que les preocupaba a la hora de emigrar y por el que reciben consultas en sus redes sociales. “En Cuba siempre han difundido que todos los países son súper violentos, que te matan en cualquier esquina. Eso allá puede suceder pero no es el día a día. El día a día allá es buscar comida”, explica. Lo segundo porque cuentan que han sido bien recibidos y lo tercero porque dice que en la isla es “imposible conocer los cortes vacunos” porque también lo es acceder a una carne de buena calidad.

Sobre las ventajas de Uruguay, nombra: en primer lugar, “la libertad”; y en segundo lugar, “la abundancia de cosas” y su disponibilidad en almacenes o supermercados sin la necesidad de hacer largas colas (tiene un video comparando las dos realidades). “Hay miles de ventajas. La rapidez para hacer un trámite, por ejemplo. Ustedes no lo ven rápido pero acá abrimos la empresa para monetizar YouTube en media hora y en cuba eso tarda entre seis y 10 meses”, relata. Del otro lado de la balanza están los precios y los impuestos.

A TRAVÉS DE OJOS JAPONESES

Yoko, de 38 años, se ríe en el teléfono al nombrarle que Domingo llegó a su canal de YouTube (Yoko’s Life) gracias al último video de Tiranos Temblad. Allí muestran uno de sus últimos contenidos: los festejos por el título en el Mundial Sub-20 (partido que vio tomando mate y comiendo galletas Oreo). Lo que vio en la rambla de Montevideo la sorprendió a pesar de ya haber cumplido cuatro años en el país: los cánticos, las banderas y las bocinas, todo eso dice que es imposible verlo en Japón. “Me siento más cómoda; acá hay más libertad”, cuenta.

Llegó en 2019 acompañando a quien entonces era su novio y que había conocido en Nueva Zelanda; si bien terminaron dos años después, ella, hoy profesora de japonés y con un emprendimiento de joyería con la técnica de origami, decidió quedarse. “Había perdido mi identidad por falta de esfuerzo. Tenía pocos amigos, pocos ingresos y nada de español, así que decidí que quería empezar de nuevo. Ahora soy feliz. Disfruto bromeando con mis amigos en mi pobre español”, reflexiona.

De Uruguay sabía muy poco. Dice que nunca había oído hablar de estas tierras sudamericanas y que lo único que encontró en internet en japonés fueron referencias a músicos. Cuando se enteró de que la marihuana era legal se imaginó un pueblo “de zombies” y se “alivió” al comprobar que no era así.

Para mal le sorprendió la falta de limpieza de la ciudad —“tuve que aprender a concentrarme al caminar para evitar las heces”— y el coste de vida.

Sus videos son completamente hablados en japonés (se le pueden activar los subtítulos) y en ellos ha mostrado desde cómo se fríe una milanesa, cómo celebró el Año Nuevo, un viaje a Carmelo y hasta un domingo en el Parque Rodó (y explica en su idioma qué es la garrapiñada).

“En YouTube me gusta mostrar lo que no se puede encontrar en Japón, la forma de pensar de la gente y las bromas. Me gusta salir a la calle y entrevistar a personas. La gente es amable, se hablan y se ayudan aunque no se conozcan. Una vez volví a Japón y un amigo se sorprendió de que hablara con desconocidos con tanta facilidad”, relata a Domingo.

Y agrega: “Le enseño a mis amigos (japoneses) la palabra ‘tranquilo’. Es la palabra que necesitan”.

Karen.

Karen nació en Gales pero antes de llegar a Uruguay vivió en Washington y en Buenos Aires. Junto a su esposo –argentino– llegó buscando un lugar donde “echar raíces” y criar a su hijo. Llegó en agosto y se dio cuenta de algo: “Siempre le digo a los extranjeros que están pensando venir a Uruguay ‘venite en invierno’ porque, si te encanta en ese momento, te va a encantar”.

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Karen Higgs, creadora de Guru'Guay

De ese agosto pasaron 23 años. Hace 10 que se convirtió en creadora de contenido para brindar información turística sobre el país en su idioma. Fundó el sitio Guru’Guay ( www.guruguay.com ), la primera referencia en inglés de Uruguay para el mundo (hoy tiene libros, audiolibros y un canal de YouTube). Y hace cinco años notó un cambio en su público. “Los lectores empezaron a pedir información sobre cómo venir a vivir acá”, cuenta.

Así empezaron a aparecer videos sobre residencias, mudanzas, inversiones, impuestos y beneficios tras retirarse —el público de Guru’Guay, según su creadora, es mayor a 45 años con ingresos de más de US$ 100.000 por año—. Y apunta: “El año pasado empezamos a recibir muchísimos más visitantes (en el sitio) desde los países que están cerca de Ucrania”.

Guru’Guay siempre se ha destacado por brindar información en vez de relatar experiencias personales. No obstante, una amiga estadounidense de Karen le hizo cambiar de opinión. La impulsó a mostrar todo el proceso de la compra de una casa atendiendo el interés de la comunidad FIRE (Financial Independence, Retire Early), un movimiento de personas que buscan oportunidades de inversión con el objetivo de jubilarse antes y con un buen pasar económico.

“La verdad yo estaba nerviosa porque no es solo algo muy personal sino que estás hablando de precios y acá en Uruguay eso no se hace”, cuenta a Domingo. Y añade: “Lo que hacemos es atraer gente que se enamora del Uruguay, gana afuera y gasta acá”.

Maddie y Alejandro.

Un compañero del call center donde trabaja Alejandro le dijo: “Vi un video de tu esposa antes de venir a Uruguay”. Los protagonistas de la anécdota son tres extranjeros: un indio que buscaba información en inglés sobre el país al que iba a emigrar y Alejandro, un sudafricano de madre uruguaya que solo había estado un año en Uruguay jugando al rugby, y Maddie, una australiana, que muestra en las redes sociales cómo viven desde que llegaron al país en 2020 –“llegamos dos semanas antes de que cerraran todo por la pandemia, cuenta él–.

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Maddie y Alejandro

Solo Maddie tiene más de 10 mil seguidores en Instagram ( @maddielucasmalann ) y juntos tienen tres canales de YouTube (donde mezclan el inglés con el español) que suman casi 70 mil seguidores (Las aventuras de Maddie y Ale, Maddie Luca y Maddie Malan). Uno de los más vistos es “Todo lo que ODIO de Uruguay como extranjero” en referencia a situaciones, más bien burocráticas o de “old school”, que aquí son más entreveradas que en sus países de origen.

“Los comentarios de los uruguayos son de dos tipos: o muy agradables y cuando decimos algo incorrecto nos corrigen cortésmente y nos ayudan a aprender y mejorar o los que están a la defensiva y asumen que todo lo que digo es porque soy una extranjera malcriada. Creo que es en parte por la barrera del idioma”, cuenta Maddie a Domingo.

Su púbico es fundamentalmente de Estados Unidos, Reino Unido, India y Australia y siempre están contestando preguntas sobre cómo trabajar aquí, cómo se compra un terreno o una vivienda, cómo tramitar la ciudadanía o incluso cómo es casarse (ellos contrajeron matrimonio aquí).

“Uruguay no es perfecto pero es mucho mejor que otros lugares. Aquí hay tranquilidad y existe la tradición de compartir con los demás y tener amigos”, comenta Maddie. Eso sí, los dos insisten en que lo peor es el alto costo de vida, algo que los sorprendió al llegar.

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