NOVENA MARÍA REINA DE LA PAZ - DÍA 5🙏
Jueves 20 de junio 2024
En este quinto día, como cada día, a las 22 horas dio comienzo la oración en la Colina de las Apariciones, en ocasión de la Novena por el 43º Aniversario de la Reina de la Paz, y respondiendo a la invitación de la Gospa subir a orar al Podbrdo.
Marija Pavlović-Lunetti comenzó diciendo: “Gracias a Dios y a la querida Virgen por el quinto día de nuestra novena. Bienvenidos en el nombre de la Virgen, en nombre de todos nosotros aquí, a este lugar, a esta tierra de la Virgen, la tierra que la Virgen ha escogido. Les rogamos que no hagan fotos, que apaguen los teléfonos y tomen el Rosario en sus manos. La Gospa pide de nosotros: “Oren por la paz”. Que esta novena esté entretejida de oración, de ayuno, de las renuncias, esas pequeñas florecillas que ofreceremos por las intenciones de la Virgen por la paz. Que para todos nosotros esta oración sea alegría y amor hacia la Virgen. Que esta noche sea una noche de gracia. Esta noche de manera especial que el encuentro con la Virgen sea aún más hermoso que ayer. Demos gracias a Dios y a la Virgen por su presencia en medio nuestro y por su amor inmaculado. La Virgen nos ha llamado y nosotros hemos respondido”.
Antes de comenzar el rezo del Rosario, se leyeron dos mensajes de la Virgen, el del 26 de junio de 1981, como cada día, y el mensaje del 25 de enero de 2012:
"Queridos hijos, con alegría también hoy los invito a abrir sus corazones y a escuchar mi llamado. Yo deseo acercarlos de nuevo a mi Corazón Inmaculado, donde encontrarán refugio y paz. Ábranse a la oración, hasta que ésta se convierta en alegría para ustedes. A través de la oración, el Altísimo les dará abundancia de gracias y ustedes llegarán a ser mis manos extendidas en este mundo inquieto que anhela la paz. Hijitos, testimonien la fe con sus vidas y oren para que la fe crezca en sus corazones día tras día. Yo estoy con ustedes. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!"
(Continúa en el primer comentario)
Después de la aparición, la vidente Marija dijo: “Durante la aparición, cuando la Virgen vino, nos estuvo mirando a todos. Yo he encomendado a todos nosotros a la Virgen, todas nuestras intenciones, todo lo que llevamos en el corazón, de manera especial a todos los que están enfermos del cuerpo y del alma. Le pedí a la Virgen que intercediera ante su Hijo Jesús por la paz en el mundo. La Virgen extendió sus manos y oro por nosotros durante mucho tiempo en su lengua materna, el arameo. Nos bendijo a todos y dijo: ‘Al mismo tiempo, en el mismo lugar’ y se fue al Cielo”.
Antes de continuar con los Misterios Gloriosos del Rosario, nos consagramos todos a la Virgen con la oración que ella misma ha dado en Medjugorje al comienzo de las apariciones:
Oración de Consagración
Oh, Corazón Inmaculado de María, desbordante de bondad, muestra tu amor por nosotros. Que la llama de tu corazón, oh María, descienda sobre todos los pueblos. Te amamos inmensamente.
Imprime en nuestros corazones un verdadero amor. Que nuestro corazón suspire por ti. Oh María, dulce y humilde de corazón, acuérdate de nosotros cuando caemos en el pecado. Tú sabes que nosotros, los hombres, somos pecadores.
Con tu santísimo y maternal corazón, sánanos de toda enfermedad espiritual. Haznos capaces de contemplar la bondad de tu maternal corazón, para que así nos convirtamos por medio de la llama de tu corazón. Amén.
Al finalizar y antes de emprender el regreso, el obispo de Ucrania invitó a los sacerdotes a bendecir a todos los presentes.
Antes de continuar con los Misterios Gloriosos del Rosario, nos consagramos todos a la Virgen con la oración que ella misma ha dado en Medjugorje al comienzo de las apariciones:
Oración de Consagración
Oh, Corazón Inmaculado de María, desbordante de bondad, muestra tu amor por nosotros. Que la llama de tu corazón, oh María, descienda sobre todos los pueblos. Te amamos inmensamente.
Imprime en nuestros corazones un verdadero amor. Que nuestro corazón suspire por ti. Oh María, dulce y humilde de corazón, acuérdate de nosotros cuando caemos en el pecado. Tú sabes que nosotros, los hombres, somos pecadores.
Con tu santísimo y maternal corazón, sánanos de toda enfermedad espiritual. Haznos capaces de contemplar la bondad de tu maternal corazón, para que así nos convirtamos por medio de la llama de tu corazón. Amén.
Al finalizar y antes de emprender el regreso, el obispo de Ucrania invitó a los sacerdotes a bendecir a todos los presentes.
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