Lo que distingue al Bosque de Bomarzo son sus esculturas y estructuras enigmáticas talladas en piedra, muchas de ellas representando figuras grotescas y monstruosas. Entre las piezas más famosas están una casa inclinada, un gigante que desmiembra a otro y la emblemática boca del infierno, una gran cabeza abierta con una inscripción que dice "Ogni pensiero vola" (Todo pensamiento vuela).
El parque fue diseñado con una fuerte carga simbólica y enigmática, lo que ha llevado a múltiples interpretaciones a lo largo de los siglos. Algunos lo ven como una representación de la angustia personal de Orsini tras la muerte de su esposa, mientras que otros lo interpretan como una expresión de las tensiones entre el hombre y la naturaleza, o una crítica satírica a los ideales renacentistas clásicos.
Aún hoy quedan algunos enigmas sin resolver y muchos intelectuales estudian los distintos elementos para intentar desentrañar los misterios que se esconden entre sus piedras. Según algunas teorías, Bomarzo se inspiró en el texto de Francesco Colonna, Hypnerotomachia Polyphilii , que narra un lugar onírico donde Polifilo intenta encontrar la paz tras el tormento provocado por la muerte de su amada Polia. Otros afirman que la inspiración viene de Orlando Furioso. Antonio Rocca, curador de "Arte Vicino", cree que Orsini se inspiró en el libro L'idea del theatro de Giulio Camillo, conocido como Delminio. De hecho, se ven el escudo de los Orsini y la inscripción “Animus quiescendo fit prudentior ergo” (“Intenta calmarte en esta morada”), dedicatoria al cardenal Madruzzo que intercedió para liberarlo. Entre los estudiosos de la historia del Parque, cabe mencionar a Lorenzo Bellei Mussini, historiador y periodista, que en 2022 publicó el ensayo Il Sacro Bosco di Bomarzo cerca de Viterbo, entre las páginas del libro Secretos masónicos italianos , editado por Giovanni Greco. y Marco Rocchi (Mímesis).
Muchos artistas y creativos quedaron fascinados por el misterio del bosque. En 1938 Salvador Dalí le dedicó un cortometraje en colaboración con el Istituto Luce y en 1946 se inspiró en Bomarzo para pintar las Tentaciones de San Antonio, donde reinterpreta sobre lienzo algunas de las esculturas del Sagrado Bosco a través de su mirada surrealista. Obra hoy expuesta en los Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica en Bruselas. En cuanto supo de la existencia de Bomarzo, emprendió un viaje desde América, donde se alojaba en ese momento, para venir a descubrir con sus propios ojos la extraña naturaleza del bosque. En aquella época el parque se encontraba en total abandono y Salvador Dalí quedó impresionado. En el documental, que dura poco más de un minuto, la misteriosa belleza del bosque queda subrayada por la presencia del artista. Se ve a Dalí caminando entre las esculturas y a menudo se sube encima de ellas, entra al Templo, encuentra un gato y luego desaparece entre las columnas. En 1949, Michelangelo Antonioni también se sintió atraído por la magia del parque y documentó su belleza salvaje con un cortometraje, estrenado en 1950 con el título La Villa dei Mostri. El director celebró la maravilla del lugar con un tono vivaz e irónico. El documental comienza con una premisa sobre el pueblo de Bomarzo y luego repasa todas las esculturas y edificios, un documento precioso que inmortaliza el Bosque Sagrado en su estado de abandono. En 1952 el fotógrafo Herbert List, de la agencia Magnum, lo fotografió justo antes del inicio de la restauración y en 1957 el escritor francés André Pieyre de Mondiargues, marido de la pintora Bona de Pisis, le dedicó un folleto hoy inaccesible titulado Les monstres. de Bomarzo (Astyanax).
Lo que hace que Bomarzo sea mágico son las numerosas esculturas que salpican la densa vegetación. Un laberinto dominado por figuras mitológicas, animales fantásticos, esfinges, arpías, sirenas, que aparecen entre la multitud de castaños, hayas y avellanos. Está Saturno, Fauno, Jano, Evandro, está la gran tortuga que lleva sobre su espalda una mujer envuelta en un manto, símbolo de la victoria alada, está Neptuno, símbolo del Tíber, está el elefante con la torre, símbolo de la eternidad, el dragón alado símbolo del tiempo, está el puesto de jarrones. Y de nuevo, la casa inclinada y la boca abierta del rey del Inframundo. Y aquí están los dioses del más allá, como Cerbero, el guardián del Hades, Proserpina, Equidna y Furia. La intención de Vicino probablemente era suscitar asombro en los visitantes, llevarlos a abandonar la vida terrena, a vagar entre los sueños y la realidad. Es emblemática la estatua del ogro donde está grabado la inscripción "Todo pensamiento vuela". Algunos ven el parque como una especie de viaje iniciático inmerso en la atmósfera surrealista de un lugar imaginativo. Tras la muerte del Príncipe, el bosque quedó abandonado durante cuatro siglos, convirtiéndose en refugio de los pastores locales, hasta que Giancarlo y Tina Severi Bettini compraron el lugar, devolviéndole su antiguo esplendor.
Hoy el Parque ha vuelto a la vida y da la bienvenida a los visitantes. Pero también se ha convertido en un lugar excepcional para eventos culturales como "Arte Vicina", un festival de arte contemporáneo que invita a una selección de artistas internacionales a dialogar con el misterio del lugar. Otra iniciativa pensada para dar "vida" al bosque son las Cenas Renacentistas, banquetes inspirados en los usos y costumbres del siglo XVI.
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