La mujer “deseará con ardor a su marido” (Gen 3,16), y el hombre, que responde a ese instinto: “te dominará”, forman indudablemente la pareja humana, no están ya solamente llamados a la unión y la unidad, sino también amenazados por la insaciabilidad de esa unión y unidad, que no cesa de atraer al hombre y a la mujer precisamente por ser personas, llamadas desde la eternidad a existir en comunión74.
estaban tratando de jugar con rayas para liberar el estres.
me encantan las rayas
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